cúspide de su delirio.
Que piadosamente impiadosa,
que triste antagonismo de crueldad y dulzura.
¿ Acaso puede herir un puñal forjado de infinita
misericordia?,
Tan solo inflingirá un inocuo tormento.
¡ Cuan difícil de comprender es el carácter de su
naturaleza !
- LA MADRE DE TODOS Y DE NINGUNO -
Tú que nos albergaste en el amparo de tus cálidos
senos y hoy escuchas, sin apenas inmutarte, nuestras
súplicas y preces....
¡ Ah !, que momento tan irónico.
0 comentarios:
Publicar un comentario